UNA INTIMA CONVICCION
El proyecto presentado por el
Senador Aníbal Fernández que ingresó el 05/09 al Senado de la Nación que
propone el voto a los 16 años tiene sin duda una intencionalidad electoral con
vistas a las elecciones nacionales de los años 2013 y 2015 y los socialistas debemos
sin duda hacer un análisis dejando de lado esta especulación kirchnerista y
analizar desde el criterio de la extensión de los derechos políticos de hombres
y mujeres que forman parte de nuestra sociedad.
Los jóvenes pueden formar parte
de la Juventud Socialista a partir de los 14 años, asistir a los Eneros
socialistas, tener responsabilidad penal a partir de los 16 años, conducir
ciclomotores a esa edad y a los 17 años conducir automóviles con autorización
de los padres y siempre hemos creído en el marco de una programa de salud
reproductiva, ser responsable de su actividad sexual y en los casos de algunas jurisdicciones las
jóvenes ante el caso de una violación para solicitar la interrupción del
Embarazo el Director del Hospital si no hay consentimiento de sus progenitores
debe informar a los responsables del servicio de atención a niños y
adolescentes pero el caso no será judicializado.
En el documento de la Juventud
Socialista y el MNR se sostiene “Son innumerables los
argumentos que encontramos los jóvenes socialistas a la hora de defender la
posibilidad de que cada vez más jóvenes puedan ejercitar el derecho al voto.
Los y las jóvenes han sido a los largo
de la historia verdaderos protagonistas de luchas y conquistas sociales,
ejemplo de ello es la Reforma Universitaria del año 1918, la inquebrantable
lucha en los años 90 (que todavía continua) por la defensa de la educación
pública, la defensa de la democracia ante cada intento de ruptura
institucional, la movilización de jóvenes en miles de Universidades y escuelas
secundarias. Por supuesto que el derecho al voto de esta franja etárea no se circunscribe solamente a la
participación política de los jóvenes, sino que es necesario reconocer además
que muchísimos jóvenes entre 16 y 18 años trabajan, la mayoría de las veces en
condiciones indignas, son madres y padres de familia, estudian, aportan
económicamente a sus familias, y además, y como si fuera poco, pueden ir
presos. En este sentido, resulta paradójico que alguien que puede ser
penalmente responsable a los 16 años de edad en determinadas circunstancias, no
tenga la capacidad de elegir a sus gobernantes.
“Son
innumerables los argumentos que encontramos los jóvenes socialistas a la hora
de defender la posibilidad de que cada vez más jóvenes puedan ejercitar el
derecho al voto. Los y las jóvenes han sido a los largo de la historia verdaderos protagonistas de luchas y
conquistas sociales, ejemplo de ello es la Reforma Universitaria del año 1918,
la inquebrantable lucha en los años 90 (que todavía continua) por la defensa de
la educación pública, la defensa de la democracia ante cada intento de ruptura
institucional, la movilización de jóvenes en miles de Universidades y escuelas
secundarias. Por supuesto que el derecho al voto de esta franja etárea no se circunscribe solamente a la
participación política de los jóvenes, sino que es necesario reconocer además
que muchísimos jóvenes entre 16 y 18 años trabajan, la mayoría de las veces en
condiciones indignas, son madres y padres de familia, estudian, aportan
económicamente a sus familias, y además, y como si fuera poco, pueden ir
presos. En este sentido, resulta paradójico que alguien que puede ser
penalmente responsable a los 16 años de edad en determinadas circunstancias, no
tenga la capacidad de elegir a sus gobernantes.
Se trata en definitiva,
de considerar a estos jóvenes como sujetos de derecho, lo cual supone exigir
determinadas responsabilidades y ampliar el espectro de derechos. Así lo
entiende la Convención de los derechos del niño cuando consagra el derecho a
participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernen y
en aquellos en que tengan interés. Este
principio también fue receptado por la Convención Iberoamericana de derecho de
los jóvenes, en cuanto establece que los
Estados partes promoverán medidas para incentivar a los jóvenes a la
participación política así como el derecho de los jóvenes de elegir y ser
elegidos. Paradójicamente, este tratado internacional que tiene origen en el año 2005 todavía no ha
sido firmado por el Gobierno de nuestro país.
Debemos entender que
los jóvenes no son solo el futuro de nuestro país, sino el presente. Están aquí
y ahora y tienen mucho para aportar a la construcción colectiva. No sólo tienen
que tener la posibilidad de votar a partir de los 16 años, sino que deben ser
incorporados formalmente a las instituciones, deben formar parte de un debate
amplio sobre el presente y el futuro de nuestro país. Para ello no alcanza sólo
con la sanción de una ley que habilite a los menores de 18 años a votar, sino
que es necesario además orientar cada vez más recursos a una agenda de
cuestiones propiamente de las y los jóvenes, que se traduzca en más y mejores
políticas públicas que incluyan las demandas juveniles, bajo la concepción de
que son sujetos de derechos y no meros objetos de política partidaria.
En
base a ese fundamento los y las jóvenes socialistas, impulsan el voto
obligatorio a los mayores de 16 años, sino que además plantean que las
legislaturas provinciales y concejos municipales extienden el derecho de esos
jóvenes en las elecciones provinciales y locales.
También
proponen la incorporación de otras reivindicaciones como por ejemplo la
posibilidad de afiliarse a los partidos políticos a los 16 años, una ley de juventud,
la urgente sanción de la Ley de responsabilidad juvenil entre otras.
En
el mismo sentido se halla la propuesta del cro Diputado Provincial de la
Provincia de Buenos Aires Alfredo Lazzeretti, para que en esa jurisdicción la
reducción de la edad mínima a 18 años para poder ser candidatos y candidatas a
la categoría de concejales y concejalas.
Que
ante la maniobra electoral del Gobierno comparto la decisión de presentar un dictamen
propio que determine el voto obligatorio a partir de los 16 años, y que además
incluya los otros derechos que impulsan los jóvenes socialistas y otras
cuestiones relacionadas con la normativa electoral.
Ante esta
situación quiero expresar mi mas firme convicción que en el momento de la
votación tanto en la Cámara de Senadores y Diputados de la Nación deberíamos
ratificar que el voto a partir de los 16 años significa un avance en la ampliación
de los derechos de los jóvenes y sólo un primer paso hacia la plena ciudadanía y
seguir luchando por las otras reivindicaciones de la Juventud Socialista y del
MNR.