jueves, 11 de octubre de 2012

OPINION DEL CONCEJAL CARLOS ROBERTO

UNA INTIMA CONVICCION 
 
El proyecto presentado por el Senador Aníbal Fernández que ingresó el 05/09 al Senado de la Nación que propone el voto a los 16 años tiene sin duda una intencionalidad electoral con vistas a las elecciones nacionales de los años 2013 y 2015 y los socialistas debemos sin duda hacer un análisis dejando de lado esta especulación kirchnerista y analizar desde el criterio de la extensión de los derechos políticos de hombres y mujeres que forman parte de nuestra sociedad.

Los jóvenes pueden formar parte de la Juventud Socialista a partir de los 14 años, asistir a los Eneros socialistas, tener responsabilidad penal a partir de los 16 años, conducir ciclomotores a esa edad y a los 17 años conducir automóviles con autorización de los padres y siempre hemos creído en el marco de una programa de salud reproductiva, ser responsable de su actividad sexual  y en los casos de algunas jurisdicciones las jóvenes ante el caso de una violación para solicitar la interrupción del Embarazo el Director del Hospital si no hay consentimiento de sus progenitores debe informar a los responsables del servicio de atención a niños y adolescentes pero el caso no será judicializado.

En el documento de la Juventud Socialista y el MNR se sostiene “Son innumerables los argumentos que encontramos los jóvenes socialistas a la hora de defender la posibilidad de que cada vez más jóvenes puedan ejercitar el derecho al voto. Los y las jóvenes han sido a los largo de la historia verdaderos protagonistas de luchas y conquistas sociales, ejemplo de ello es la Reforma Universitaria del año 1918, la inquebrantable lucha en los años 90 (que todavía continua) por la defensa de la educación pública, la defensa de la democracia ante cada intento de ruptura institucional, la movilización de jóvenes en miles de Universidades y escuelas secundarias. Por supuesto que el derecho al voto de esta franja  etárea no se circunscribe solamente a la participación política de los jóvenes, sino que es necesario reconocer además que muchísimos jóvenes entre 16 y 18 años trabajan, la mayoría de las veces en condiciones indignas, son madres y padres de familia, estudian, aportan económicamente a sus familias, y además, y como si fuera poco, pueden ir presos. En este sentido, resulta paradójico que alguien que puede ser penalmente responsable a los 16 años de edad en determinadas circunstancias, no tenga la capacidad de elegir a sus gobernantes.

Son innumerables los argumentos que encontramos los jóvenes socialistas a la hora de defender la posibilidad de que cada vez más jóvenes puedan ejercitar el derecho al voto. Los y las jóvenes han sido a los largo de la historia verdaderos protagonistas de luchas y conquistas sociales, ejemplo de ello es la Reforma Universitaria del año 1918, la inquebrantable lucha en los años 90 (que todavía continua) por la defensa de la educación pública, la defensa de la democracia ante cada intento de ruptura institucional, la movilización de jóvenes en miles de Universidades y escuelas secundarias. Por supuesto que el derecho al voto de esta franja  etárea no se circunscribe solamente a la participación política de los jóvenes, sino que es necesario reconocer además que muchísimos jóvenes entre 16 y 18 años trabajan, la mayoría de las veces en condiciones indignas, son madres y padres de familia, estudian, aportan económicamente a sus familias, y además, y como si fuera poco, pueden ir presos. En este sentido, resulta paradójico que alguien que puede ser penalmente responsable a los 16 años de edad en determinadas circunstancias, no tenga la capacidad de elegir a sus gobernantes.

Se trata en definitiva, de considerar a estos jóvenes como sujetos de derecho, lo cual supone exigir determinadas responsabilidades y ampliar el espectro de derechos. Así lo entiende la Convención de los derechos del niño cuando consagra el derecho a participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernen y en aquellos en que tengan interés.  Este principio también fue receptado por la Convención Iberoamericana de derecho de los jóvenes,  en cuanto establece que los Estados partes promoverán medidas para incentivar a los jóvenes a la participación política así como el derecho de los jóvenes de elegir y ser elegidos. Paradójicamente, este tratado internacional  que tiene origen en el año 2005 todavía no ha sido firmado por el Gobierno de nuestro país.

Debemos entender que los jóvenes no son solo el futuro de nuestro país, sino el presente. Están aquí y ahora y tienen mucho para aportar a la construcción colectiva. No sólo tienen que tener la posibilidad de votar a partir de los 16 años, sino que deben ser incorporados formalmente a las instituciones, deben formar parte de un debate amplio sobre el presente y el futuro de nuestro país. Para ello no alcanza sólo con la sanción de una ley que habilite a los menores de 18 años a votar, sino que es necesario además orientar cada vez más recursos a una agenda de cuestiones propiamente de las y los jóvenes, que se traduzca en más y mejores políticas públicas que incluyan las demandas juveniles, bajo la concepción de que son sujetos de derechos y no meros objetos de política partidaria.

En base a ese fundamento los y las jóvenes socialistas, impulsan el voto obligatorio a los mayores de 16 años, sino que además plantean que las legislaturas provinciales y concejos municipales extienden el derecho de esos jóvenes en las elecciones provinciales y locales.

También proponen la incorporación de otras reivindicaciones como por ejemplo la posibilidad de afiliarse a los partidos políticos a los 16 años, una ley de juventud, la urgente sanción de la Ley de responsabilidad juvenil entre otras.

En el mismo sentido se halla la propuesta del cro Diputado Provincial de la Provincia de Buenos Aires Alfredo Lazzeretti, para que en esa jurisdicción la reducción de la edad mínima a 18 años para poder ser candidatos y candidatas a la categoría de concejales y concejalas.

Que ante la maniobra electoral del Gobierno comparto la decisión de presentar un dictamen propio que determine el voto obligatorio a partir de los 16 años, y que además incluya los otros derechos que impulsan los jóvenes socialistas y otras cuestiones relacionadas con la normativa electoral.

Ante esta situación quiero expresar mi mas firme convicción que en el momento de la votación tanto en la Cámara de Senadores y Diputados de la Nación deberíamos ratificar que el voto a partir de los 16 años significa un avance en la ampliación de los derechos de los jóvenes y sólo un primer paso hacia la plena ciudadanía y seguir luchando por las otras reivindicaciones de la Juventud Socialista y del MNR.